Paul McCartney
Después, sin descansar un solo minuto, McCartney continuó con "Back in the URSS", que fue el preámbulo para contarle a la audiencia que a los 11 años de edad, en Reino Unido aprendió la leyenda de los tres conejos en un árbol tocando el tambor, que explicó medio en español.
Y uno de los momentos más esperados se dio casi a las dos horas de concierto, cuando tocó "Let it Be", Paul al piano y Brian Ray, en el bajo.
De ahí se dio paso a los juegos pirotécnicos, al interpretar "Live and Let Die", misma que concluyó recargado en el piano, con la mano izquierda en su mejilla, mirando al cielo con cara de asombro.
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