Y McCartney sigue siendo el rey

Paul McCartney está por abordar con dos conciertos en México.


Ya próximo a cumplir 68 años, Sir Paul McCartney está por abordar con dos conciertos en México una nueva etapa de su gira internacional "Up and Coming", demostrando que aún tiene la energía, la calidad y la entrega que le envidiaría cualquier roquero joven de estos tiempos.

Sin necesidad de promocionar un nuevo álbum y gracias a un catálogo de canciones que lo colocan, según el libro de records de Guiness, como el más exitoso compositor en la historia de la música popular, el ex Beatle se puede dar el lujo de hacer lo que quiere en cada tour en el que se embarca.

Sin embargo, como pilar del grupo con el que creció medio mundo en la década de los sesenta del siglo pasado, inevitablemente su recorrido musical contempla una gran cantidad de canciones como "Hey Jude" o "Let it be", que las audiencias se dedican afanosamente a tararear con nostalgia.


Homenaje a los Beatles

No siempre fue así en la carrera de McCartney. Durante un tiempo cuando estuvo con "Wings", el grupo que formó en 1971 con su primera esposa Linda Eastman, dejó de interpretar temas que le dieron fama con los Beatles.

Sin embargo con el paso de los años, y más aún tras la desaparición de John Lennon y George Harrison, sus conciertos se han dedicado a revivir el espíritu que acompañó el trabajo con sus antiguos compañeros de Liverpool.

Parte del cuento es que el repertorio de los Beatles también evidencia que muchas de las mejores composiciones de McCartney fueron escritas justamente en medio de la vorágine de la Beatlemanía y la competencia personal interna ente él y John Lennon.
Los cínicos dirán que es también una forma de aumentar el éxito comercial de sus giras, pero mas allá del obvio interés financiero asociado a cualquier tour de veteranos roqueros, lo cierto es que en McCartney hay un auténtico intento de conservar el legado de los Beatles.

"Aún pienso que estoy en los Beatles. Es algo que no quiero perder", dijo recientemente.


Genio incomprendido


En ese sentido, McCartney siempre ha tenido que convivir con la imagen de haber sido el más convencional de los Beatles - especialmente frente a Lennon - cuando la realidad no es tan simple y se suele pasar por alto, por ejemplo, su interés en la vanguardia artística londinense y su apoyo a la galería de arte contracultural donde Yoko Ono se puso en contacto con el grupo.

Otro aspecto que choca con su parte más rebelde es cierta superficialidad de su constante disfraz de "showman", que a veces incluso recuerda a una caricatura de los Beatles.

Pero son justamente esas ganas de entretener lo que hace, en parte, que un concierto de Paul McCartney sea algo inolvidable.

Y en ese sentido la banda que lo acompaña juega a la perfección su papel en el programa. Son músicos que han estado juntos con McCartney casi una década y que incluyen a los guitarristas estadounidenses Rusty Anderson y Brian Thomas Ray, el tecladista británico Paul "Wix" Wickens y el baterista mexicano estadounidense Abel Jaboriel Jr.

Todos se compenetran para dar un espectáculo de casi tres horas de duración en el que aparte de revisitar a los Beatles y tocar buen rock and roll, McCartney interpreta clásicos de los "Wings" como "Band on the Run" y piezas más recientes como "Sing the Changes".


¿Hello Goodbye?

A terminar de ver a Paul McCartney uno simplemente siente que es lo más cerca que se puede estar de haber visto a Los Beatles.

Se ha dicho que después del final de esta mega gira, McCartney podría colgar su bajo. Tomando en cuenta su adicción al trabajo y el hecho de que sigue teniendo una enorme vitalidad es difícil no seguir imaginándolo sobre un escenario.

Después de todo el surgió y contribuyó con una época en la que se puso de moda estar joven y, aunque le cueste a llegar las notas más altas, seguramente seguirá cultivando ese espíritu eternamente adolescente y buscando llevar su palabra - y la de los Beatles - a muchos sitios donde aún sueñan con poderla escucharla en vivo algún día.