20 diciembre, 2010

La adolescencia de John Lennon, un niño en el viento


  • La primera obra cinematográfica de Sam Taylor-Wood busca la verdad de John Lennon a través de su dolorosa juventud en las calles de Liverpool, en una búsqueda respaldada por el talento de Aaron Johnson.
La adolescencia de John Lennon, un niño en el viento 
John Lennon (Aaron Johnson) es un adolescente de 15 años de edad cuyo rendimiento escolar desespera a su tía Mimi (Kristin Scott Thomas), con la que vive.

Retomando una blasfemia proferida por el héroe de esta película, Nowhere Boy (“Niño de Ninguna Parte”) es una versión cinematográfica de uno de los cuatro Evangelios, el libro de Juan (John)… y quedan por escribirse los de Paul, George y Ringo. La infancia y la adolescencia de cada uno de los Beatles, la génesis y la cristalización del grupo, es sin duda una de las historias mejor conocidas, las más ampliamente compartidas de nuestra época; incluso si tiene ya medio siglo. Inspira también una reverencia casi religiosa. Sin embargo, Nowhere Boy es una película tan adolescente como su principal personaje, sensual y viva, que parte osadamente a la búsqueda de un tiempo cuando se necesitaba poco para trasgredir la ley y las costumbres, en esos días posteriores a la segunda guerra mundial.

La primera escena del filme muestra una silueta negra corriendo en una calle típicamente inglesa, perseguida por gritos femeninos. Este anticipo de la Beatlemanía es también un homenaje a los Cuatro Niños en el Viento, la hermosa película de Richard Lester (1964). Pero todavía no estamos allí. John Lennon (Aaron Johnson) es un adolescente de 15 años de edad cuyo rendimiento escolar desespera a su tía Mimi (Kristin Scott Thomas), con la que vive. Estamos en 1955, en un país que se repone dolorosamente de la segunda guerra mundial, sumido en el racionamiento y el puritanismo. Si John Lennon vive con Mimi es porque su madre, Julia (Anne-Marie Duff) lo abandonó. El adolescente debe pasar a la adultez tironeado entre la rigidez victoriana y la permisividad de una muchacha libre. Hay en esto con qué hacer una novela. Salvo que pocos autores se atreverían a imaginar que de esta tensión surgiría un genio.

Sam Taylor-Wood, videísta, instaladora, fotógrafa, eligió esta historia para su primer largometraje cinematográfico. Mientras el filme anterior consagrado a la génesis de los Beatles (Backbeat, de Iain Softley, lanzado en 1994), se interesó por las relaciones entre muchachos, sobre todo lo que ligaba a Lennon con Stuart Sutcliffe, pintor y efímero bajista de los Beatles, Sam Taylor-Wood ve la historia a través de un prisma femenina. Filma a Aaron Johnson (que no se parece especialmente a su modelo pero que capta su voz, su postura y sus gestos con sobrecogedora precisión) con mucha sensualidad. El joven actor está a la altura de esta mirada y despliega poco a poco su seducción, su ironía y su talento.

Hasta las últimas secuencias, que se toman libertades con la cronología, el relato respeta muy escrupulosamente la vulgata de los Beatles: en 1956, John Lennon forma los Quarrymen, por el nombre de su liceo; un día de verano de 1957, Paul McCartney (Thomas Sangster) se une al grupo en los pasillos de una fiesta local e interpreta 20 Flight Rock… Es entre estos hitos que se despliega la película, en el juego ambiguo entre John y Julia, quien ha reaparecido en su vida. Sam Taylor-Wood sugiere las pulsiones incestuosas que les unen y hace de ellas el motor de la creciente audacia artística del adolescente. La mayoría de los espectadores de esta película conocen su desenlace, en 1958. Puesta en escena sin pathos (pero sin emoción), ella sigue emocionando y constituye un buen preludio a los paroxismos de intensidad y a los abismos de depresión que jalonarán la música de John Lennon.

NOTICIA EXTRAIDA DE:
http://www.lanacion.cl/la-adolescencia-de-john-lennon-un-nino-en-el-viento/noticias/2010-12-19/163813.html

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