Venta de entradas de la nueva temporada 2011 - 2012

Pudiera también decirse que la obra fue un proyecto familiar, ya que los trajes son diseños originales de la hija de McCartney, Stella, confeccionados mayormente en telas ligeras y flotantes tunicas para las mujeres, en colores que recorren distintas gamas. El libreto es original del compositor, quien en varios artículos, especifica su enorme interés en la coreografía, y cómo trabajaría directamente con el coreógrafo, insinuándole posibilidades e ideas.

El libreto de “Ocean’s Kingdom”, dividido en cuatro escenas, puede muy bien ser un cuento infantil, en donde los malos son vencidos, para lograr un final feliz. La dulce Honorata, Sarah Mearns, hija del Rey Océano, Christian Tworzyanski, transcurre sus días felizmente al fondo del mar, rodeada de su séquito de Water Maidens, hasta que la tranquilidad es interrumpida por intrusos provenientes de la tierra, quienes llegan con el Rey Terra, Amar Ramasar, a quien acompaña su hermano Stone, Robert Fairchild, y un grupo de Terra Punks (maleantes terrenos), quienes vienen a invitar a los miembros del reino a una fiesta.

Como es de esperarse, Honorata y Stone se enamoran, pero Terra también quiere poseer a la damisela, lo que crea una situación de enemistad entre los hermanos. Posteriormente, durante la fiesta, Terra secuestra a Honorata, con la ayuda de la traidora Scala, Georgina Pazcoguin, ayudante de Honorata. En fin de cuentas, Scala se arrepiente de su maldad, y ayuda a Stone y a Honorata a escapar, hasta alcanzar un final feliz, con todo el reparto en escena.

Vestuario de Stella Mc cartney - Ocean´s Kingdom

Sobre la presentación escénica diré que diferenciar las escenas no fue fácil, ya que los cambios del decorado de Marc Happen, se logran mayormente con proyecciones de video a cargo de Scharff Weisberg Inc., que no iluminan lo suficiente para que el público logre entender de qué escena se trata. Sin embargo, merece un aparte la escena de la prisión, donde Terra ha colocado a Honorata para que no se escape. El efecto de las barrotes, logrados con varios reflectores que iluminan del techo al suelo, es muy inventiva y facilita reconocer que Honorata está en una celda.

El acompañamiento orquestal, a cargo de Faycal Caroui es apropiado, porque la música, sin ser una partitura relevante, es agradable al oído en algunas secuencias, mientras en otras es bombástica, siguiendo lo que cuenta el libreto. Por suerte, ni es minimalista ni atonal.

La coreografía de Martins es insípida y casi aburrida. Los roles de Mearns y Fairchild requieren actuación, que ninguno suministra. Mearns posee piernas magníficas, que aquí el coreógrafo usa solo en repetidas extensiones, en los Pas de Deux con Fairchild; el role de este último requiere más mímica que baile, empero, lo primero está ausente en Fairchild. La que resulta más efectiva en su papel es Pazcoquin, quien sí sabe actuar cuando es necesario hacerlo, así como bailar magníficamente. Respecto a Amasar, su parte es la que más movilidad requiere, y él no se queda corto en rendirla.

La escena del show durante la fiesta, con el dinámico Daniel Ulbricht dándole al público lo que este prefiere (saltos dinámicos y vueltas sin fin), no tiene sentido. Este grupo de cinco bailarines, que proveen el show, y tres borrachos, que irrumpen allí, como dije, no tienen razón de ser, aunque Ulbricht anime la situación con sus bravuras danzarias.

“Ocean´s Kingdom” volverá a subir a escena varias veces más, en la próxima temporada de invierno de la compañía. ¿Lo merece? Pese a la rimbombancia del libreto, el espectáculo es poco interesante. Y respecto a la partitura de Sir Paul, me quedo con su “Yesterday” de antaño. Según un crítico escribió de la obra, “…es agua que se va por el sumidero”.