20 septiembre, 2010

Otra entrevista sobre Paul

Paul McCartney: “Mucha gente me ve como a un desgraciado que trató de perjudicar a John”

Sobre todo en Gran Bretaña, siempre ha habido cierta hostilidad latente frente a cada paso del ex Beatle. McCartney dice que todo comenzó cuando en 1970 recurrió a una acción legal contra John, George y Ringo.

Por cada virtud póstumamente atribuida a John Lennon, los detractores de Paul McCartney encuentran en él el vicio correspondiente. John se regodeaba en su genio; Paul es terriblemente inseguro. John se aventuraba a extremos vanguardistas; Paul es un baladista dulzón. John siempre despreció la nostalgia por los Beatles; Paul se aferra a ella como a un osito de peluche.

No tiene mucho que ver con la realidad, pero, en Gran Bretaña, ha teñido las percepciones más negativas de McCartney, como él bien sabe. Lo interesante es que McCartney no ubica el origen de todo esto en la muerte de Lennon en 1980 sino en diciembre de 1970, cuando tuvo que recurrir a una acción legal contra John, George y Ringo. “El hecho de que tuviera que demandar a los Beatles fue algo muy difícil, porque me daba cuenta de que la gente podía decir: ‘Yo nunca habría hecho eso por más que perdiera todo. Es un hijo de puta insensible, despreciable y codicioso’”.

Últimamente, dos coberturas periodísticas acentuaron la hostilidad latente. La primera fue la que acompañó a su casamiento con Heather Mills, a quien se le criticó una supuesta tendencia a adornar su historia personal y una mala relación con los hijos de McCartney. En 2002, la prensa se ocupó ampliamente del hecho de que McCartney atribuyó 19 canciones de un álbum en vivo a “Paul McCartney y John Lennon”, en lugar de a la marca supuestamente irrecusable Lennon-McCartney. Esto llevó a Yoko Ono a amenazar con iniciar una demanda y suscitó críticas de Ringo Starr, quien lacónicamente declaró que las acciones de McCartney eran “mezquinas y tontas”.

McCartney sitúa el origen de la controversia en la publicación de la Antología de los Beatles en 2000, y en la negativa de Yoko Ono a permitir que “Yesterday” fuera atribuida a cualquiera que no fuera “John Lennon y Paul McCartney”. “Lo que ocurrió hace poco,” dice, “fue que mi letra para “Blackbird” se publicó en una antología poética como escrita por John Lennon y Paul McCartney. Y John no tuvo nada que ver con esa letra. Creo que incluso él sería el primero en apoyarme en esto, pero lamentablemente no está aquí para decirlo. Esto ha tomado estado público y aparezco como un hijo de puta que trata de perjudicar a John”.

En este momento, McCartney se encuentra en Praga en una gira por Europa que incluye doce conciertos. Hasta ahora, McCartney y su banda se presentaron en Gijón, Lisboa, Madrid, Zurich y Leipzig, y seguirán con Escandinavia, San Petersburgo y París. “Me pidieron que hiciera el festival de Glastonbury y hace años que le doy vueltas a la idea porque es el gran festival, el Woodstock de hoy. Pero no podés pasar de algo chico a un gran concierto al aire libre. Tenía que fortalecer la voz. Es una cuestión de músculos. Así que dije: ‘Hagamos algunos shows’. Y eso se convirtió en una gira europea. Parece una tontería, pero soy muy respetuoso de Glastonbury”.

Aunque McCartney es bien europeo, esta fase de su carrera – que comenzó con el lanzamiento en noviembre de 2001 del álbum Driving Rain – también lo encuentra reinstalado en el corazón del “mainstream" musical estadounidense. Después de los atentados del 11 de setiembre, se lo vio junto a los Who, Jon Bon Jovi, Elton John y otros en Nueva York. “Después del 11 de septiembre”, dice, “sentí que tenía que haber alguna respuesta. Dos grandes edificios fueron destruidos, en un lugar que nunca había sufrido un atentado como éste, con un enemigo invisible. Sentí compasión por los norteamericanos porque yo estaba viviendo con ellos. Algo había que hacer”.

En el contexto de la guerra de Irak, este tipo de emociones adquirieron un tono desagradable. “Exactamente”, dice. “Se convirtieron en una licencia para torturar. Ahora todo se volvió completamente desagradable. Es muy loco que no hayan encontrado armas. Creo que el mundo entero está desconcertado por eso. Ahora eso es Vietnam”. Para terminar, hablamos de las canciones que forman parte de su lista de ineludibles y de los recuerdos que despiertan. Cuando toca “I’ll Follow the Sun”, dice que se ve de nuevo en la casa de su padre en Liverpool, “mirando a través de las cortinas de encaje”. “She’s a Woman” de 1964 lo retrotrae a sus días en Abbey Road, “fumando cigarrillos Peter Stuyvesant, con un saco negro muy canchero y camisa blanca”.

Y finalmente está “HereToday”, la canción que escribió luego de la muerte de John Lennon. “Al menos una vez en cada gira, esa canción me pega”, dice. “La estoy cantando y de repente me doy cuenta de que es muy emotiva, y de que John fue un gran compañero y un hombre muy importante en mi vida, y que lo extraño”. Tres horas más tarde, McCartney y su banda recorren con alegría “Got to Get You Into My Life”, “Live and Let Die”, “Penny Lane” y “Drive My Car”. El gran final es perfecto: “The End” de Abbey Road, la canción que marca el final de la carrera de los Beatles.

No hay comentarios: