El 9 de octubre John Lennon habría cumplido 70, pero fue asesinado a tiros el 8 de diciembre de 1980 a la edad de 40 años. Uno de los compositores, artistas, escritores y cantantes de la banda de rock más famosa del mundo, “The Beatles”, nunca se conformó con la realidad.
Tampoco estaba por bailar al son de las reglas de la sociedad bombástica occidental. Su carácter apasionado e inconformista lo reveló ya en 1963, cuando durante un concierto al que asistió la familia real gritó: “Los que ocupan los asientos baratos que aplaudan, por favor, los demás pueden contentarse con el tintineo de sus adornos”.
La iglesia también fue blanco de su escepticismo. En 1966 Lennon dijo en una entrevista: “Ahora somos más populares que Jesucristo. No sé quién llegará primero. El rock and roll o el Cristianismo. Jesucristo no estaba mal, pero sus seguidores son tontos y triviales. Sus perversiones exterminaron el cristianismo que había dentro de mí”. El Vaticano lo perdonó tan sólo 42 años después, al decidir que fue nada más que una broma del famoso artista.
La segunda mitad de los 60 es la época de beatlomania en todo el mundo y de la guerra en Vietnam, con la que está conectada la gauchada más sonada de Lennon: devolvió a la reina la prestigiosa Orden del Imperio británico escribiendo, “lo devuelvo como signo de protesta por la guerra en Vietnam”.
No es de asombrarse que a finales de la década se convirtió en ídolo del movimiento de los hippies, y sus canciones, como “All You Need is Love” (“Todo lo que necesitas es amor”) se convirtió en su himno. La cultura de los hippies hizo una aportación considerable en el desarrollo social de muchos países.
El novelista ruso Vasili Aksiónov así comentó su primer encuentro con los hippie en 1967 en Londres: “En aquel entonces fue un movimiento recién nacido, una nueva y la mas excéntrica forma de cultura juvenil. Surgió de manera espontánea, no fue implantada. Su cuna fueron los bares de Liverpool donde tocaban John Lennon, George Harrison, Ringo Starr y Paul MacCartney, en las pequeñas tiendas de Mary Quant de la famosa King's Road en Chelsea”.
Entre tanto, en Estados Unidos crecía el potente movimiento contra la guerra. Los jóvenes, incluido el futuro presidente del país Bill Clinton, protestaban contra la guerra de Vietnam saliendo a las calles de la ciudad, los veteranos echaban sus medallas a la escalera de congreso.
En aquel entonces John Lennon y Yoko Ono dieron su famosa entrevista bed-in (protesta en la cama): sentados en pijamas en su cama explicaron a los periodistas su intención de frenar la agresión estadounidense en Vietnam (lo que se cumplió unos años después, cuando el gobierno estadounidense vio la inutilidad de esfuerzos ulteriores).
Después de la entrevista Lennon les regaló a los jóvenes pacifistas y hippies una nueva canción : “Give Peace a Chance” (“Dale chance a la paz”). Confesó que cuando escuchó a los manifestantes interpretando su canción exprimentó uno de los mejores momentos de su vida.
La retórica anti imperialista de Lennon complacía en la Unión Soviética, donde tuvo acogida tanto el propio Lennon, como los Beatles (a pesar de algunas críticas).
En el período del 1967 al 1984 la discográfica estatal Melodiya editó 35 discos con sus canciones, y muchas bandas musicales soviéticas imitaban a los Beatles.
A pesar de que el movimiento ya desapareció, los hippies todavía persisten tanto en Rusia como en otros países.
Su cultura se convirtió en la cuna para otras subculturas juveniles: raperos, góticos, juegos de roles. Los hippie contribuyeron a la democracia e hicieron la sociedad más tolerante en asuntos raciales, pacifismo, los verdes, organizaciones por el servicio militar alternativo, viajes libres por todo el mundo en autostop, etc.
Esto quiere decir que John Lennon dejó una huella inmortal en la cultura y sociedad mundial.
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