26 noviembre, 2009

Paul McCartney, fiel a los Beatles hasta el final

McCartney en directo

Lanza un disco con el concierto con el que recordó la gira de los Beatles por EEUU



"El mejor ejercicio es tocar música", dice Paul McCartney.
Con 67 años, se prepara para iniciar una gira en diciembre por varias ciudades europeas ninguna en España, convencido de que no hay ningún motivo para parar. Ayer reunió a un grupo de periodistas en Londres para presentar su último disco, un concierto en el estadio Citi Field de Nueva York.


Con Paul, todo gira ya en torno a los Beatles. "En la época de los Wings, era diferente. Los promotores de los conciertos me decían si podía tocar al menos un par de canciones de los Beatles, pero les decía que no. En ese momento quería crear algo distinto", explica cuando le preguntan por su constante regreso al repertorio de los años sesenta.


Un pequeño fallo
Para los que piensan que tiene que haber algo mecánico en seguir con las mismas canciones de hace 40 años, como acaba de hacer en Nueva York, McCartney tiene ejemplos de que no es así. En el directo, cualquier cosa puede pasar.


"Me ocurrió hace poco con Penny Lane. Empecé la letra por el segundo verso y la banda me siguió pero se quedó algo confusa. La cosa no iba bien y de inmediato mandé parar. Alto, alto, dije, y hasta el público se quedó parado. Tenemos que volver a empezar. Y no pasó nada. Al público le encantó".


¿Ha olvidado McCartney la letra de sus canciones, sin contar las que eran más de Lennon? Improbable. Se trata de mantener la llama encendida porque las generaciones de nuevos fans del grupo de Liverpool se van sucediendo, incluidos los que no habían nacido aún cuando los Wings habían dejado ya de existir. "Todavía pienso que estoy en los Beatles", dijo ayer Paul, y si lo dice él habrá que creerle.


McCartney dice que no necesita una banda gigantesca que le acompañe
El concierto de Nueva York se celebró muy cerca del lugar en que los Beatles tocaron en 1965. Entonces fue en el Shea Stadium, el estadio de los Mets, que hace unos años fue demolido. Fue la actuación propia de la época: sólo 35 minutos y un alarido continuo que prácticamente impedía oír la música.


El sonido ha mejorado mucho y la banda sigue teniendo dimensiones manejables. McCartney dice que no necesita una banda gigantesca que le acompañe.
Comenta que no quiere acabar como Elvis Presley tocando en Las Vegas en un escenario con otros 50 músicos. No porque sea Las Vegas. No quiere esconderse detrás del trabajo de otras personas.


Ayer le hicieron una pregunta que, según él, no ha oído muchas veces. Si John Lennon estuviera vivo, ¿qué canción de Paul elegiría? "Vaya, nunca lo había pensado. No sé, quizá Maybe Im Amazed". Queda registrado por si cambia de opinión en el futuro.


El lunes sin carne

El ex beatle Paul McCartney es un vegetariano convencido desde hace mucho tiempo. Y muestra de esto es que se ha sumado a una campaña internacional que recomienda que la gente renuncie algún día de la semana al consumo de carne para combatir el cambio climático.



El objetivo de la campaña es reducir las emisiones de gas invernadero producido por el ganado, que contribuyen de modo significativo al peligroso calentamiento del planeta. A la campaña “Meat Free Monday” (Lunes sin carne) se sumaron entre otros famosos el presidente de la discográfica Virgin, Richard Branson, así como el cantante de Coldplay Chris Martin y el actor de Hollywood Kevin Spacey.

Según Naciones Unidas, el sector ganadero es responsable de cerca del 18% de las emisiones de gases de efecto invernadero, a los que se culpa del calentamiento global. Esa cantidad es mayor de la que se atribuye a la industria de transportes.

Comer menos ternera, cerdo o pollo se defiende a menudo como un método de reducir esas emisiones.
Paul McCartney:
Creo que muchos de nosotros nos sentimos indefensos frente a los retos medioambientales, y puede ser difícil saber cómo distinguir entre los consejos de lo que podemos hacer para aportar una contribución significativa para (tener) un mundo más limpio, más sostenible, más sano.

Tener un día sin carne a la semana es en realidad un cambio significativo que todo el mundo puede dar, que llega al centro de muchos aspectos políticos, medioambientales y éticos importantes a la vez.
Así, no sólo afecta a la polución sino también a una mejor salud, al tratamiento ético de los animales, al hambre en el mundo y al activismo político y de comunidades.

El lunes sin carne de McCartney


El lunes sin carne de McCartney
15/06/2009
El ex 'beatle' y sus dos hijas mayores llaman a sus seguidores a convertirse en vegetarianos por un día a la semana en beneficio del planeta

Uno de los vegetarianos más famosos del mundo, Paul McCartney, se ha sumado a una campaña internacional que recomienda que la gente renuncie algún día de la semana al consumo de carne para combatir el cambio climático: Lunes sin carne.

El ex Beatle y sus hijas, Stella y Mary, intentan persuadir a los consumidores para que adopten una dieta vegetariana al menos un día a la semana, con el objetivo de reducir las emisiones de gas invernadero de la cabaña mundial, que contribuyen de modo significativo al peligroso calentamiento del planeta.

La familia McCartney ha conseguido apoyo de personalidades del mundo del espectáculo, la empresa y la ciencia, como los actores Kevin Spacey, Woody Harrelson y Joanna Lumley, el cantante Chris Martin y el empresario Richard Branson, fundador de la aerolínea Easyjet.

"Deberíamos preocuparnos por el cambio climático porque, si no lo hacemos, vamos a dejarles en herencia a nuestros hijos y a los hijos de éstos un problema gravísimo", ha advertido McCartney al periódico británico The Independent. Y es que los ecologistas están preocupados por el impacto medioambiental de los animales destinados a la alimentación humana y en concreto por la destrucción de masas forestales en el Amazonas y otros lugares en beneficio de la ganadería.

Las vacas emiten en sus regüeldos grandes cantidades del gas metano, que supera en 21 veces el efecto invernadero del dióxido de carbono. De hecho, según la FAO, la ganadería es responsable del 18% de las emisiones de efecto invernadero frente al 13% que corresponde al transporte.












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