Por Caridad Rosario Vargas Figueroa
Fotos: Cortesía del entrevistado
Fotos: Cortesía del entrevistado
«Al Lennon de La Habana lo presento humanizado porque entendió y participó mucho de la vida. Quiero que las personas lo descubran y vean como una imagen incorporada a su realidad. Su pose contemplativa convoca al transeúnte», me expresó el escultor José Ramón Villa Soberón sobre su estatua de John Lennon, erigida en el parque capitalino ubicado en la calle 17, entre 6 y 8, en el Vedado.
Villa Soberón posee una amplia experiencia en el arte figurativo. Confiesa que «el proceso de creación lo disfruto enormemente. Sin embargo, siempre cuando termino algún trabajo, hay un pequeño tiempo, en el cual me lleno de dudas».
El también creador de la escultura de El Caballero de París, asevera: «El propio personaje provoca al público, hace que la gente lo visite. Lennon sigue vigente. La imagen escultórica, a su vez, produce una reacción y conmueve».
De apacible diálogo, no exagera cuando habla del influjo de su estatua. El músico de Liverpool recibe muchas visitas. Los novios al casarse se fotografían junto a él. La gente en el parque escucha e interpreta sus canciones. Nunca le falta una flor. Incluso, le hacen ritos afrocubanos.
«Cierta vez —cuenta— un niño ciego de la mano de los padres palpó la estampa de Lennon. Así el pequeño pudo saber cómo era su ídolo».
Al emplazar las obras el artista juega con el entorno. Sus personajes, se entrelazan con nosotros y provocan. Acerca de ese «atrevimiento», dice: «Lo que más me interesa es la relación entre el monumento y el público. Quiero modificar la visión de la escultura tradicional. Rindo tributo a un personaje, sin ponerlo en un pedestal o en pose teatral. El verdadero reto es la comunicación con el espectador».
La figura de Lennon está llena de peculiaridades. En una placa, ubicada a los pies del músico, se puede leer un fragmento de la canción Imagine: «Dirás que soy un soñador, pero no soy el único». La frase a mí me gustó mucho —comenta— y la creo apropiada para que la gente sepa en realidad quién era Lennon. De alguna forma nos compromete a nosotros también como soñadores. A Fidel le gustó. Me preguntó si la había dicho Lennon, le dije que sí y él respondió: «me gusta mucho el texto, porque yo he sido toda mi vida un soñador».
Otra de las peculiaridades de la estatua del parque citadino es su vestuario.«Imaginé qué ropas usaría en La Habana. Ideé cómo luciría la camisa. Para hacerla me inspiré en la del Ministro de Cultura Abel Prieto. Al igual que Abel, Lennon lleva esta pieza de un modo desenfadado, semiabierta. Abel es de mi generación, le gusta la música de Los Beatles, así que lo tomé como modelo».
Imagina que no hay países
Villa recibió la propuesta de un coleccionista de los Estados Unidos, amigo del desaparecido pintor Raúl Martínez, de realizar una copia de la escultura cubana original. Esta idea no la aceptó, sin embargo, propuso al interesado la creación de una nueva figura de Lennon.
Villa recibió la propuesta de un coleccionista de los Estados Unidos, amigo del desaparecido pintor Raúl Martínez, de realizar una copia de la escultura cubana original. Esta idea no la aceptó, sin embargo, propuso al interesado la creación de una nueva figura de Lennon.
La propuesta fue acogida.
Esta segunda representación se encuentra en Denver, Colorado. «Me inspiré en la portada de un disco de Los Beatles. En esa foto los integrantes del cuarteto aparecen caminando por una calle. En la escultura, al igual que en la instantánea, Lennon camina. Me acerqué bastante a la imagen original, pero cambié el perfil. Para lograr más credibilidad y atractivo, hice que el viento le diera en el rostro, le moviera el pelo y el saco. No se trataba de reproducir de manera mecánica la fotografía, una cosa es la expresión de una foto y otra la del arte escultórico».
Villa Soberón nunca ha contemplad su obra terminada, solo la conoce a través de una foto enviada por el coleccionista pues su participación se limitó a modelarla en yeso que mas tarde se llevaría a los Estados Unidos para allí fundirla en bronse.
«Esta figura —expresa— me crea insatisfacción porque terminó en una propiedad privada. Me daría más placer saber que está expuesta en un sitio público, donde puede ser visitada por todo tipo de personas. Me gusta que la gente sienta como suya la escultura».
Cada uno de los Lennon, «tiene una historia motivada, diferente. En las dos he encontrado retos. Ahora caminan por sus propios pies».
José Ramón Villa Soberón, hace diez años revivió en La Habana una figura que admiró desde su juventud en los años sesenta. Con este regalo, trajo para los actuales jóvenes el conocimiento de un personaje que cantó para todos los tiempos.
fuente:
http://www.almamater.cu/sitio%20nuevo/paginas/voces/2011/febrero/lennon.html
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