El ex Beatle habla con La Tercera de su nuevo disco y su última gira: "Cuando tienes la recepción como en Sudamérica, es muy difícil pensar en retirarse".
La cara de niño que lo hizo célebre aún se adivina en su rostro de hombre de 69 años. Delgado, viste una chaqueta azul piedra, que se saca rápidamente para quedar con camisa rosada. Es un tipo afable, que llena los espacios y maneja los tiempos de la conversación, haciendo olvidar que quien habla es el compositor más exitoso en la historia de la música popular.
Kisses on the bottom es el título de la placa que ya está en preventa en iTunes y que aparece en tiendas el próximo 6 de febrero. Aquí, McCartney decide revisitar clásicos del cancionero americano de la era pre rock and roll (Bye bye blackbird, It's only a paper moon), de aquella música que llegaba al puerto de Liverpool cuando los Fab Four eran aún niños, cuando el pequeño Paul se sentaba a escuchar a su padre tocar el piano.
"Es una idea que quise hacer por mucho tiempo, probablemente desde una etapa temprana de la carrera de los Beatles", dice a La Tercera. Hay algo sobre él que sugiere que no se toma tan en serio. Su modestia no parece ensayada. Dice que no hizo antes este disco porque otros (enumera: Robbie Williams, Rod Stewart) hicieron álbumes parecidos. "Y no quería aparecer colgándome de algo", aclara.
Cuando se le consulta qué se siente ser un ícono de la cultura británica, declara: "Muy extraño". Y luego, articula una respuesta políticamente más correcta: "Cuando recibes ese tipo de comentarios no puedes decir 'no, no quiero ser eso', aunque no quiera, pero es un reflejo de que lo hiciste bien, entonces trato de aceptarlo y ser agradecido".
De la misma manera, parece sorprenderse de la recepción que aún encuentra, y espontáneamente menciona Sudamérica y la gira que lo tuvo en Santiago en mayo de 2011 con su Up and coming tour. "Estuvimos en Sudamérica el año pasado y el púbico era… (piensa unos segundos)… una locura, eran lo máximo; entonces cuando tienes ese nivel de recepción es muy difícil pensar en retirarte".
El último trabajo de Sir Paul es un disco de standards de la música popular, aunque arropados en la cadencia del jazz. En sus palabras, la música que informó el trabajo de The Beatles, un espíritu que está presente en temas como Honey pie o Here, there and everywhere. "Esas canciones siempre estuvieron en el background de las cosas que escribimos. En mi caso, las canciones de la época de mi papá y en el caso de John, las de su madre. Y después empezamos a escuchar rock and roll. Esto es lo que informó al rock and roll".
McCartney habla de una época pasada, pero lo hace como si no hubiese sido hace mucho ("En mi mente sigo siendo un chico de Liverpool, ¿sabes?"). Habla de grandes como Fred Astaire o Fats Wallen y cómo lo marcaron estilísticamente: en la estructura de las canciones, los acordes y hasta la manera de vestirse: "Recuerdo en los sesentas cuando estábamos haciendo Sgt. Pepper, y había un tipo que estaba haciéndome una chaqueta, y yo solía decirle ¿puedes hacerla como las de Fred Astaire?".
Diana Krall y su banda fueron los principales colaboradores del disco, así como el productor Tommy LiPuma, un contemporáneo de McCartney y productor de gente como Miles Davis y George Benson. "Un productor de la vieja escuela", explica el ex Beatle, quien habla con entusiasmo de este disco y su "espíritu", de cómo trataron de hacerlo orgánico y espontáneo, de cómo trabajaron de manera similar a como solía hacerlo con The Beatles.
Sabe mantener un equilibrio entre el pasado y el presente: "Semanas después de terminar el álbum, me di cuenta de que esa era la manera en que grabábamos con The Beatles. Traíamos temas que los otros no conocían, les dábamos vueltas, resolvíamos y después las grabábamos. Entonces terminas con algo fresco. Creo que por eso lo pasamos bien".
¿Cómo encontró el tono para el álbum?
Mira, trabajamos así: Diana llegaba y decía vamos a hacer esta canción, lo que nadie sabía hasta ese momento. Ellos atacaban los acordes y yo me encargaba de la voz. Tommy LiPuma es un productor cool, porque se sienta en el estudio contigo, no como otros productores que se sientan detrás del vidrio. Si aparecía la idea de un solo, lo hacíamos. Ellos hacen eso, tocan jazz y lo hacen, y nadie había escuchado ese solo antes, entonces creo que eso se nota en el resultado.
¿Cree que el trabajar con una banda de jazz le hizo enfrentar la grabación de otra manera?
No pienso que sea tan distinto a como yo trabajo. De hecho, es muy parecido a como trabajaba con The Beatles: llegar con algo, darle una vuelta y grabarlo. Creo que el hecho de haber trabajado con grandes músicos de jazz es algo muy cool, en el mundo del jazz -lo que es una gran ventaja pienso- tú le puedes decir al tipo: prueba una línea de bajo y no tienes que decirle hazlo así 'tum, tum, tum', el tipo es un instrumentista increíble. Entonces él sabe exactamente qué tocar. Diana también, es una gran instrumentista y sabe mucho; todos los músicos, también Steve (Wonder) y Eric (Clapton) nuestros invitados, son muy buenos instrumentistas, creo que esa fue la mayor influencia que tuve.
¿Y qué podría comentar de su trabajo con Diana Krall? ¿Cree que trabajar con una mujer marcó una influencia distinta?
A Diana no la conocía mucho, sólo socialmente por Elvis Costello. Estuve en su boda, pero no la conocía musicalmente, a pesar que conocía sus álbumes, y que son fantásticos. Tommy LiPuma me dijo '¿por qué no trabajas con Diana? Y yo le dije que no estaba seguro de hacer un álbum de duetos, pero él me dijo 'no, trabaja con ella como una colaboradora'. Wow, pensé, eso sería un privilegio. Tienen que tomar esto de la manera correcta, pero ella es como un hombre, lo digo como un cumplido. Es músico, y el género no tiene que ver en esto; es una persona genial. Aportó mucho.
Hasta que me quieran
Perteneciente a una generación de ídolos longevos y de huella indeleble, McCartney vive un buen momento. Hace un tiempo la revista Mojo le dedicó su portada bajo el título "La resurrección de Paul McCartney" y lleva varios meses jugando al misterio con su posible participación en la apertura de los Juegos Olímpicos 2012, la que aún no ha sido confirmada. Es, además, esposo de la empresaria Nancy Shivell hace apenas tres meses, una unión que ha contado con el beneplácito de sus hijos.
Alguna vez dijo que consideraría patético seguir en este negocio después de los 30 años. ¿Qué fue lo que lo hizo cambiar?
Esa es la perspectiva de la juventud. Yo pensaba que 30 años era viejo; hoy pienso que es extremadamente joven. Había un tipo en el college que tenía 24 años, y a John y a mí nos daba pena, porque nos parecía un tipo realmente viejo; nos parecía patético, porque nosotros teníamos 16. Debo admitir que nunca pensé que estaría tocando y grabando al nivel que lo estoy haciendo. Pero se trata de seguir pasándolo bien.
¿Habrá más discos?
Sí, eso creo. Es lo mismo que cada vez que empiezo una gira: alguien me pregunta si es la última. Y espero que sea una más. Espero que sean rumores de algún promotor que dice "vengan a verlo, porque será la última". Por eso siempre termino mis shows diciendo: nos vemos la próxima vez. Y lo digo en serio. Voy a seguir tanto tiempo como quieran tenerme.
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http://diario.latercera.com/2012/01/21/01/contenido/cultura-entretencion/30-97993-9-paul-mccartney-voy-a-seguir-tanto-tiempo-como-quieran-tenerme.shtml
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