27 diciembre, 2012

Análisis del Wild Life 1971


PAUL MCCARTNEY & WINGS

Wild Life

1971. EMI

En la historia del rock, hay muchos discos que han pasado inadvertidos para el público masivo, o son absolutamente ignorados por la crítica especializada. En muchas ocasiones, grandes artistas han vivido esta situación, aún cuando los trabajos están llenos de grandes canciones, pero al ponerlas en paralelo con las creaciones que han tenido un mayor reconocimiento, pasan a segundo plano. Esto fue lo que ocurrió con Paul McCartney en el año 1971, cuando junto a su banda Wings, edita el primer trabajo de esta agrupación titulado “Wild Life”

Si analizamos el contexto de la época, el gran Macca estaba en desventaja en comparación con los demás Beatles, a excepción de Ringo. Lennon había sacado al mercado dos trabajos geniales, como es el caso de “Plastic Ono Band” e “Imagine”, llenos de excelentes canciones, declaraciones de principios, y donde el tipo se mostraba más sincero que nunca con el mundo. Y George Harrison, hacia fines de 1970, editó el que para muchos (me incluyo en este grupo) es el mejor disco solista de un Beatle. Obviamente, me refiero al soberbio “All Things Must Pass”, una obra maestra sin lugar a dudas.

Y Paul, si bien en el último disco editado, RAM, había compuesto canciones como “Too Many People” y “Uncle Albert”, que a mi juicio son tremendas, faltaba algo más potente, donde siguiera demostrando todo el talento que había maravillado a tantos durante el reinado de los chicos de Liverpool. Además había que sumarle el hecho que, hasta ese entonces, la canción que había logrado mayor éxito de su carrera solista era “Mary Had A Little Lamb”, ese clásico tema infantil, un extraño homenaje a Edison, y que alguna vez McCartney reconoció que la había grabado “para pasar un verano agradable”. O sea, no había mayores pretensiones en ella.

Entonces Paul funda la banda Wings, compuesta en ese entonces por su esposa Linda, el guitarrista y ex Moody Blues, Denny Layne y el batero Denny Seiwell. Con ellos comienza a maquinar una gira, y por mientras, realizaban presentaciones ante escaso público. Famosa es la anécdota cuando llegaron a una universidad pidiendo permiso para poder entretener a los estudiantes un rato con sus canciones. Sin embargo, antes del tour, la idea era sacar un disco. Y así nace “Wild Life”, grabado sólo en dos semanas, y lanzado al mercado el 7 de diciembre de 1971.

La placa comienza con “Mumbo”, una canción rockera, con un buen trabajo de Denny Layne en las seis cuerdas. Y Paul, cantando con esa voz potente, que ya habíamos escuchado en canciones como “Oh Darling”. Un buen comienzo para este disco. Seguimos con “Bip Bop”, canción que evidentemente es un chiste. La letra es bastante inconexa, pero cumple su objetivo. Es una especie de placer culpable escucharla, y tuvo mucho éxito en nuestro país, llegando incluso a sonar en programas de televisión de esos tiempos.

Cuando escuchamos el tercer track, nos damos cuenta que, de ahí en adelante, la cosa irá poniéndose más seria. Se trata de un cover de The Everly Brothers, “Love Is Strange”, en clave reggae, una canción muy entretenida, donde se escuchan muchas voces. Creo que es uno de los momentos más relevantes del álbum. “Wild Life” es lo que sigue, un blues donde volvemos a escuchar la voz desgarrada de Macca, con un buenísimo sonido de la guitarra. Es una canción un tanto extensa (6:40) pero no aburre en absoluto.

Al pasar al lado B del vinilo, viene lo mejor de esta obra. Comienza “Some People Never Know”, cantado íntegramente por Paul y Linda. Este es uno de mis temas favoritos en toda la historia de McCartney, con esa guitarra acústica que suena de maravillas, una excelente letra, y algunos detalles que lo hacen único. Por ejemplo, hacia la mitad, se escuchan los coros de Linda, y Sir Paul cantando en voz baja. La percusión del final también es muy interesante.

Sigue “I Am Your Singer”, nuevamente con un dueto vocal del matrimonio, y el uso constante del trémolo de la guitarra. Aclaremos que es una canción de amor, muy buena, que también nos recuerda por momentos a algunas composiciones de The Beatles. Para el final, dos tremendas composiciones: “Tomorrow”, que comienza como una canción feliz, para terminar con una estructura muy rockera, es de esos temas entrañables de Paul, con esos coros tan característicos de su magnifica obra musical.

Y para terminar, una obra de arte. Lo mejor del disco, y por qué no decirlo, una canción que permitió que me convirtiera en un fanático absoluto de su música. Se trata de “Dear Friend”, dedicada a John Lennon, después de todo lo que se habían dicho mutuamente en canciones.  La letra lo manifiesta: ”Dear friend, whats the time?, Is this really the borderline? Does it really mean so much to you? Are you afraid, or is it true?” Preguntas más que directas a su ex compañero. Los arreglos de cuerda también son magistrales, y significan un tremendo término para la placa.

A pesar de que “Wild Life” fue ninguneado en su época, y que Paul empezaría a ganar respeto con discos como “Red Rose Speedway” y el eximio “Band On The Run”, para mi gusto es de sus mejores trabajos, que afortunadamente ha sido valorado con el paso de los años, y que significó un pilar para todo lo que vendría después: una vida no tan salvaje y una constante superación musical y humana.


fuente:

Emilio Garrido Riquelme.-
http://www.rockaxis.com/rock/cd-clasico-rock/paul-mccartney-and-wings-wild-life/

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