El 1 de julio de 1965 The Beatles desembarcaban en España en la que fue una visita histórica.
El sol caía sobre las pistas de Barajas (Madrid) cuando a las 17.40 horas del 1 de julio de 1965 el cuarteto más famoso de todos los tiempos hacía su entrada triunfal en España.
La prensa y el Régimen los recibían de uñas. Tenían miedo de que los 'revolucionarios del flequillo' formaran aglomeraciones, pero, ajenos a cuestiones políticas, John, Paul, Ringo y George venían a disfrutar de tres días de folclore en el que veían como un país de lidia y castañuelas.
La inclusión de España en su gira europea había sido posible gracias a las gestiones del promotor Francisco Bermúdez, representantede grandes artistas españoles.
Fue él quien acordó con Brian Epstein los dos únicos conciertos que dieron en suelo patrio.
«Epstein argumentaba que mientras que en Reino Unido se vendían 900.000 copias de sus discos, en España, sólo 3.500, por lo que no iban a ser rentables, pero le expliqué que aquí sólo había registrados 1.500 tocadiscos; 2.000 personas habían comprado el disco sin poder escucharlo», recuerda. Y parece que le convenció.
El Gobierno franquista intentó boicotearles hasta el último momento. «Bermúdez lo tenía todo preparado, pero el permiso del ministro de Gobernación no llegaba. Se concedió con sólo siete días de antelación y las entradas y los carteles estuvieron embargados hasta entonces», cuenta Álvarez.
Finalmente, fue la Reina Isabel II quien consiguió el desembarco: les acababa de condecorar como Caballeros de la Orden del Imperio Británico y el Régimen tuvo miedo de que negarles la entrada provocase un conflicto diplomático.
Accedió al fin, pero desplegó un enorme dispositivo policial en las inmediaciones de los dos cosos taurinos. «Estábamos rodeados de 'grises', y aunque no pasó nada, sólo su presencia ya te intimidaba», recuerda Julián Hernández, uno de los presentes aquella noche histórica en Las Ventas.
Los de Liverpool venían duchos en grandes baños de masas, en fiestas, en drogas, pero en España corrían tiempos grises.
A pesar de las fuertes medidas de seguridad, unos 200 fans se colaron en el aeropuerto para recibirles y les arroparon hasta el Cadillac que debía llevarles al Hotel Fénix. A las 20.30 se celebró la rueda de prensa.
Según las crónicas, se enfrentaron a preguntas como «¿Tienen asegurado el cabello?» —la respuesta fue «no»— y vivieron después una noche tranquila: estaban en sus suites cuando, pasada la media noche, Manuel Benítez 'El Cordobés' ( torero) se presentó con un fotógrafo para inmortalizarse con ellos y se quedó con las ganas.
Al día siguiente permanecieron en el hotel hasta que llegó la hora del concierto. No probaron sonido, les presentó Torrebruno y les telonearon Pekenikes, entre otros. «Aparecieron estupendos, muy trajeados. John sacó un sombrero cordobés e hicieron siete u ocho bises, pero la plaza no estaba llena—las entradas costaban entre 75 y 450 pesetas y la policía prohibió entrar a todo aquel sospechoso por su aspecto—», recuerda Julián Hernández.
Empezaron con 'Twist and Shout' y acabaron con 'Long Tall Sally' un show que no llegó a la hora y sonó deficiente, algo que no importó a sus fans:
«En España lo más roquero que se podía escuchar era a Mike Rios los domingos en el Circo Price. Que vinieran ellos era algo increíble», explica Julián.
Al día siguiente volaron a Barcelona, donde, con los Sírex como invitados estrella, actuaron en La Monumental ante un número mayor de espectadores.
Se alojaron en el Avenida Palace, en las habitaciones 109 y 111, de las que tuvieron que sacarles por la entrada de servicio porque la calle estaba colapsada de fans.
Los pantalones de Lennon acabaron tan arrugados que Joan Gaspar —familia propietaria del hotel— tuvo que cambiárselos por los suyos antes de empezar el concierto.
«Estuvieron muy simpáticos, incluso posaron con los tricornios de la Guardia Civil, algo que nadie se atrevía a hacer en aquella época», recuerdan desde el hotel. Ese concierto ponía fin a su gira europea.
Y, esa noche sí, hubo fiesta en las habitaciones, despertando las iras de unos huéspedes a los que poco importaba que el desvelo se lo estuviesen causando The Beatles.
Fue su primera visita a España como grupo, pero ya conocían algunas ciudades. En 1963, Lennon había estado de vacaciones junto a Epstein en Torremolinos, mientras que el resto se calentaba, de forma inadvertida, al sol de Tenerife.
Y es que en España hubo un antes y un después de esos conciertos. Antes apenas se les conocía y los medios les demonizaban; después, se empezó a reconocer su talento. Lennon dejó también su rastro en Almería, donde rodó en 1966 'Cómo gané la guerra' y compuso 'Strawberry Fields Forever'.
Pero conciertos sólo hubo esos, dos recitales de los que se marcharon cargados de recuerdos: una guitarra clásica y varios ejemplares de 'Toros y toreros', de Picasso y Luis Miguel Dominguín, y la 'Antología del flamenco'.
Según el libro 'Ole Beatles', el coste de su visita ascendió a tres millones de pesetas, cifra que supo a poco si se medía en términos de apertura de una España en blanco y negro.
fuente:
http://www.elmundo.es/beatles/beatlemania/espana.html
Los Beatles En España, el recuerdo de un momento único
Es uno de los momentos más interesantes del libro, ya que José Luis Álvarez transcribe según recuerda (hubo un problema al grabar la entrevista, el magnetófono no funcionó) la conversación con Epstein quien no estaba convencido de que “sus chicos” (como solía denominar a The Beatles) tuviesen éxito en España basándose en las cifras de ventas de sus álbumes, por lo que no había incluido hasta el momento de la entrevista alguna fecha de la gira de los de Liverpool en nuestros país.
Brian Epstein queda muy satisfecho de esta toma de contacto con el periodista quien le hace ver que The Beatles son muy queridos por la Península y al poco tiempo, el manager confirma al autor los dos conciertos de la banda en Madrid y Barcelona.
De esta manera, se deja intuir que la entrevista entre Epstein y Álvarez pudo ser el detonante que moviese al inglés a pensarse traer al grupo a España, aunque no hay que olvidar la tremenda labor de Francisco Bermúdez, reconocido promotor de espectáculos de la época, para traer a los de Liverpool a nuestro país, a quien también dedica un capítulo en exclusiva para recordar este momento.
Finalmente, el libro aborda el tema en cuestión, al publicar la entrevista (más bien es un diálogo entre amigos, como el autor define) entera que José Luis Álvarez, junto con su compañero Roberto Sánchez, consiguió en exclusiva con The Beatles.
La banda se había negado en un futuro a conceder entrevistas de este tipo, pero gracias al trato con Brian Epstein y la consideración que éste les tenía tras su contacto en Sevilla, consiguió hacer una excepción.
A la entrevista le sigue la crónica pormenorizada del concierto dado en la plaza de las Ventas en Madrid el 2 de julio de 1965 y todos los sucesos que rodearon al evento; y un día después el concierto de Barcelona en la Monumental, contado por los corresponsales de Fonorama de primera mano ya que por la imposibilidad de viajar de Álvarez y Sánchez no pudieron cubrirlo ellos mismos.
Un libro que servirá para añadir otra experiencia personal narrada de primera mano por los protagonistas de un momento característico en la historia de The Beatles.
Los Beatles en España es un libro ameno, bien contrastado, con el rigor de un periodista con un vasto currículum a sus espaldas, como es José Luis Álvarez, y que retrata al manager y al grupo del momento en esas fechas.
fuente:
http://www.hipersonica.com/pop/los-beatles-en-espana-el-recuerdo-de-un-momento-unico
El primer día en que los Beatles actuaron en España
- John Lennon lució un sombrero cordobés durante todo el concierto, al que asistieron unas 5.000 personas
El primer día que actuaron los Beatles en España (Madrid, 2 de junio de 1965) tan sólo 5.000 personas se decidieron a verles en directo en la plaza de toros de Las Ventas.
Otros muchos jóvenes no pudieron hacerlo, bien por la vigilancia policial, por la prohibición expresa de sus padres o porque, sencillamente, los Beatles, con tan sólo tres elepés en el mercado, no habían sido todavía descubiertos, en la España aislada y puritana de los años sesenta. John Lennon, ya entonces, llevó la voz cantante, aunque sólo fuera por el sombrero cordobés que lució durante todo el concierto.
Personas que acudieron a aquel recital dicen que había mucha policía por los alrededores de la plaza de toros e incluso por todas las estaciones de Metro contiguas. Las fuerzas de seguridad no querían «disturbios» en España en torno a un grupo de «melenudos» que ya habían revolucionado la audición de recitales en algunos países de Europa.
Además, unos días antes, en la misma plaza, un numeroso grupo de fans de los Beatles habían destrozado diversos aparatos y habían ocasionado desperfectos en el ruedo porque, cuando creían que los que iban a actuar eran los ingleses, en realidad aparecieron los miembros del conjunto americano The Beatles.
Esta confusión de nombres era un signo más de que todavía los Beatles no habían arraigado en España. Por si esto fuera poco, las entradas tenían un buen precio: 400 pesetas las de silla de arena, y 75 las más baratas, de andanada. La policía, con sus controles, cargas a caballo y la manía de dispersar a aquellos grupos con más de cinco personas, se encargó del resto. Lo pagaron los «descamisados» y «gente de mala pinta».
Un testigo de excepción y a la vez protagonista de aquel recital de los Beatles, que luego se repetiría en Barcelona, fue Toni Luz, uno de los miembros del conjunto Los Pekenikes, que actuó junto con otro grupo inglés y un conjunto de variedades en el concierto. «Fue una experiencia divertida e impresionante», dice Toni Luz. «Llegaron en un coche grande y negro justo hasta el comienzo del ruedo.
Todos ellos vestidos de negro, con camisa blanca y corbata negra. Nada de melenas largas. Unicamente sus flequillos característicos, pero sin mucho pelo. No pudimos hablar con ellos, ni siquiera saludarles, pero, aunque los teníamos como un mito, como algo inalcanzable, comprobamos que también eran de carne y hueso.
«Aunque el sonido en directo fue bastante malo, no sé si porque los equipos eran españoles», añade Toni Luz, «había algo especial en sus intervenciones, una especie de magnetismo que hacía incluso que la gente saliera a bailar rock a los espacios libres. Y la verdad es que había muchos espacios libres».
«John Lennon», dice el ex, miembro de los antiguos Pekenikes, «no se quitó en toda la actuación el sombrero cordobés; tocó guitarra acústica y eléctrica, y se colgó un soporte metálico para la armónica. Lennon era, sin duda, el más rockero, y el más corrosivo».
fuente:
http://elpais.com/diario/1980/12/10/ultima/345250802_850215.html
ANÉCDOTAS
LA NOCHE EN MADRID.- Según las hermanas Hurtado, los Beatles asistieron a un tablao nocturno, con el periodista Alfredo Amestoy, en la noche del 1 de julio de 1965, pero se retiraron pronto.
LA VISITA DE EL CORDOBES.- Manuel Benítez , “El Cordobés”(torero), con un fotógrafo del diario “Pueblo” llegaron al hotel pasada la medianoche para hacerse una foto con los Beatles. A esa hora, ya estaban dormidos o descansado en las suites 122 y 123 del Hotel Fénix, en la Plaza de Colón de Madrid.
LAS ANDANZAS DE BRIAN EPSTEIN.- El famoso manager de los Beatles no acompañó a su “chicos” el día anterior, en el concierto de Niza. Llegó a Madrid, procedente de Roma, horas después, con un ojo morado. Adujo que se había dado un golpe contra una puerta. La noche del 1 de julio se le vió en el club Bourbon, uno de los pocos bares madrileños de ambiente “gay” de aquella época.
LA NOCHE EN BARCELONA.- Terminada su actuación en la Plaza de Toros Monumental, en Barcelona, hubo una fiesta de los Beatles para celebrar el fín de su gira europea. Se dice que incluso enchufaron amplificadores a sus guitarras en las dos suites que ocupaban en el primer piso del hotel Avenida Palace, situado en la Avenida Jose Antonio, como se llamaba la calle en aquellos tiempos.
Algunos clientes del hotel presentaron sus quejas por el ruido en el libro de reclamaciones. Un italiano,que ocupaba una habitación contigua, estuvo a punto de llegar a las manos con el promotor Francisco Bermúdez.
LO QUE COBRARON.- Brian Eptein se llevó un cheque de 5 mil libras esterlinas por las dos actuaciones de los Beatles en España. Es decir, una 900.000 ptas al cambio, de aquella época. El promotor Bermúdez ganó unas 600.000 ptas. limpias de las actuaciones.
SOUVENIRS.- John se llevó a Londres una guitarra española. Compraron también cinco ejemplares del libro “Toros y toreros” de Picasso y Luis Miguel Dominguín, como varios ejemplares del disco la “Antología del cante flamenco”.
LOS TOROS NO DESAFINAN.- Una vez en Londres, un periodista inglés le preguntó a John Lennon si no habían pasado miedo al actuar en dos Plazas de Toros. John respondió:
No nos dio ningún miedo. Además, los toros no desafinan.
http://www.plasticosydecibelios.com/beatles-espana/
DOCUMENTACIÓN
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