"Cuando salió el sol se volvieron locos y se pusieron rojos como cangrejos", revela el músico, fotógrafo alemán y descubrido de The Beatles y su acompañante en su viaje a Tenerife
Klaus Voormann, el descubridor de The Beatles, ayer en Puerto de la Cruz. josé luis gonzález
Un fotógrafo y músico alemán fue el que descubrió a The Beatles, en la Navidad de 1961. El sonido de sus canciones empujó a Klaus Voormann a entrar en el local de Hamburgo Casbash Coffee Club para escuchar el directo de cuatro chicos de Liverpool. Voormann, que ahora tiene 75 años, se convirtió en amigo de John Lennon, Paul McCartney, Ringo Starr y George Harrison y fue el que los invitó a visitar la Isla en la primavera de 1963. Como artista que era les diseñó a sus amigos la portada del álbum Revolver y los acompañó a en sus carreras en solitario. También fue miembro fundador de la Plastic Ono Band de Lennon, junto con Yo-ko Ono, Alan White y Eric Clapton y participó en el mítico concierto para Bangladesh, junto a George Harrison, en el Madison Square Garden de Nueva York. Estos días está en Puerto de la Cruz invitado por los organizadores del 50 aniversario de la visita de The Beatles a la Isla.
–Han pasado 50 años de la mítica visita de The Beatles a la Isla, ¿cómo la recuerda?
–Eran amigos míos y Paul me escribió una carta y me preguntó si podían venir a visitarme aquí a Tenerife. Me dijeron que tenía mucho que hacer y tenían diez días libres. Yo les contesté que me encantaría que viniesen. Los primeros días, cuando llegaron, había panza de burro en Puerto de la Cruz y de repente salió el sol, se volvieron locos y se pusieron rojos como cangrejos.
Tuvieron que pasar la noche tapados con mantas por la fiebre que les causó la insolación que habían cogido durante el día. También estaban súper revolucionados por todo el estrés que habían tenido tras el éxito de su primer disco Please Please Me y venían con las pilas cargadas. Todo el éxito les había movido tanto que era como champán que iba fluyendo todo el tiempo. De anécdotas recuerdo cuando George iba por el Puerto y se encontró con una chica a la que intentó engatusar diciéndole: "¡Ey! yo beatle, yo Please Please Me". Ese disco no había llegado a la Isla. La chicha no le prestó atención a George. Ella se lo perdió [risas].
–¿Por qué no vino John Lennon a Tenerife?
–Había quedado con Brian Epstein, el mánager, en la Península, en Torremolinos, y por eso no vino.
–Usted fue con su larga melena a pedir al local de moda de la época en Puerto de la Cruz un hueco para una actuación gratuita de The Beatles. Y el gerente se negó porque no consideró adecuada una actuación de un grupo de greñudos para su clientela, que era la alta sociedad tinerfeña de la época. ¿Cómo se tomaron Ringo, Paul y George esa negativa?
–Se rieron, sin más.
–The Beatles estuvieron 12 días, en la Isla. ¿Sabe si compusieron alguna canción en su estancia en Tenerife o si algún suceso les sirvió de inspiración?
–Que yo sepa no.
–¿Eran conscientes ya en esa primavera del 63 de lo que significarían The Beatles?
–Eso lo fueron viendo con el tiempo. Aunque, yo ya lo pensaba, ya habían tenido su primer gran éxito pero todavía en España nadie los conocía, pero en Inglaterra ya eran conocidos como número 1. Entonces todo lo que vino después, de alguna manera ya estaba previsto porque ya habían conseguido ser número 1 y las composiciones cada vez eran mejores.
–Usted los acompañó como bajista en sus carreras en solitario, incluso formó parte de la Plastic Ono Band ¿cuál fue el más virtuoso?
–No se puede decir, aunque mucha gente se ha olvidado de las extremas cualidades que tenía George Harrison. Paul y John eran tan diferentes que no se puede decir quien era mejor que otro.
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