28 mayo, 2013

Una deuda con Los Beatles




Gracias papá, donde estés, por aquella radio Philips.
Hace medio siglo que se prohibió tocar y cantar a uno de los grupos musicales que cambiaron para siempre la vivencia emocional de la música popular. En un lugar de nuestra geografía insular (Puerto de la Cruz, Tenerife, 1963), abierta a la nueva economía del turismo social amplio, se cometió ese tropiezo cultural y se sufrió una herida que, todavía hoy, no hemos sabido curar. 

Los Beatles no pudieran actuar (por propia iniciativa)"gratis" en el bar del Lido de San Telmo. Paul McCartney, Ringo Star y George Harrison fueron rechazados por "melenudos" y no cuadrar en un club para personas respetables. Así se llamaba a la gente que vivía atemorizada por aquella dictadura político-religiosa.

El historiador Nicolás González Lemus ha puesto boca arriba, una vez más, otra de las cartas de nuestra historia menos oficial, pero importante, con su libro Los Beatles en Tenerife... y la organización de ese aniversario, en la citada ciudad turística, junto al artista y músico alemán Klaus Voormann, que fue quien los trajo entonces. 

También la prensa británica se ha hecho amplio eco del programa, de estos 50 años de aquella visita insular, y que forma parte ya de nuestra historia cultural (sin concluir), mientras la prensa de nuestra madrastra peninsular, si no es por el portuense Juan Cruz, casi seguro lo habría ignorado (otro ejemplo reciente: José Viera y Clavijo, grande entre los grandes europeos de la Ilustración, y ninguneado ahora y antes a nivel nacional). Cinco siglos de mercado común con Europa, que ha dejado una huella social y cultural, que no saben ver desde "Arriba" ni cuando nos visitan, a pesar de toparse con tanta calle de apellido extranjero.

¡¡Vivan los Beatles!! Patrimonio emocional de la humanidad, con ese sonido pop que entonces hacía gritar y mover las articulaciones, y sigue hoy transmitiendo una fuerza mágica, una movilización psicomotriz que, tal vez, iguale a esos rituales musicales de liberación y emancipación espiritual que algunas culturas orientales y africanas no han perdido nunca, y que en Occidente necesitamos reencontrar y preservar, tras siglos de neo-racionalismo y décadas de sedentarismo tecnológico.

¡¡Vivan los Beatles!! Patrimonio literario de la humanidad, con esas letras en inglés, traducidas a tantos idiomas, y difundidas a todos los ámbitos sociales, que en pocos años consiguieron cambiar más las mentalidades, que muchas políticas culturales posteriores, rehenes de un consumismo poco creativo.

Si hasta la Unesco ha reconocido a la cultura como clave para el desarrollo sostenible, ese vidente que el turismo cultural supondrá una salida económica con mucho futuro, sobre todo, ante tantas noticias del aumento de regalos sorpresa que nos está dejando nuestro abusadoturismo de sol y playa (y los efectos de sus caricias gratis: del susto del baso celular al terror del melanoma). 

La puesta en valor, bajo uno de los climas más agradables, de nuestro patrimonio natural (amenazado por la crisis financiera) y la preparación y difusión turística de un legado cultural único, todavía en sus inicios, podrá ayudar a frenar la emigración de tantas generaciones sin trabajo, que son el futuro de esta región tan frágil. El ejemplo de Islandia resulta paradigmático.

Es hora ya de saldar esa deuda de 1963 con los Beatles, y cambiar aquella respuesta vergonzosa del "No" a su pregunta, Can weplaysome of ourmusic in yourbar?, por un Yes Paul, yes Ringo, you canplya forever, (e imaginar recrear ese momento clave en un show televisivo-musical, en vivo, y disfrutarlo, ¿por qué no?, en cada reedición anual, con muchos artistas reunidos en el Puerto de la Cruz, por su padrino. Yes, We Can...


fuente:
http://www.laopinion.es/opinion/2013/05/22/deuda-beatles/476871.html
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