Cuando George Harrison lanzó su tema My Sweet Lord, se lo acusó de copiar el tema He's so Fine del grupo The Chiffons.
El ex beattle argumentó que se trataba de "inspiración musical asistida", y un tribunal belga lo exoneró por 'plagio subconsciente', pero obligó a Harrison a pagar medio millón de dólares.
Compuso entonces el tema The Song, que comienza diciendo "esta canción no infringe ningún derecho de autor".
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