Amable hasta el punto de hablar regionalismos típicos de la región de Porto Alegre, McCartney interpretó durante tres horas 33 canciones e hizo subir a algunos fanáticos al escenario para entregar autógrafos en el brazo, que luego se convertirían en tatuajes.
Convertido en leyenda viva, McCartney, que alternó tocar el bajo, la guitarra y el piano, abrió con "Venus And Mars" mezclado con "Rock show", según consignó la agencia Ansa.
Luego interpretó "Jet", "Let me Roll It", "The Long and Winding Road", "Blackbird", "Band on the Run", "Ive Got a Feeling", "Let it Be", "Get Back" y "Yesterday".
Tampoco faltaron homenajes a su esposa Linda, fallecida de cáncer, y para sus ex compañeros en Beatles los recordados John Lennon y George Harrison, a los que les dedicó "Here Today" y "Something".
Uno de los momentos más explosivos del show fue cuando tocó "Live and Let Die", de Wings.
McCartney se presentará el próximo jueves y viernes en el estadio de River Plate en Buenos Aires y luego regresará a Brasil, para presentarse el 21 y 22 de noviembre en el estadio Morumbí de Sao Paulo.
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