Anoche, Paul McCartney ofreció el segundo y último show de su "Up And Coming Tour" ante un estadio de River colmado.
Después de 17 años, el ex Beatle emocionó, hizo rockear a jóvenes y veteranos por igual, fue amable, cortés y hasta gracioso con el público. Se mostró feliz de estar en la Argentina.
Homenajeó a sus compañeros de ruta, John y George.
Habló de Linda, su gran amor. Cantó 37 temas, tocó el bajo, varias guitarras y dos pianos. Su voz fue impecable en todo momento. De frente, un respetable artista que ya pisó los 68. Por momentos, y de perfil, una imagen de un Paul sin edad, fuera de tiempo. Concierto irrepetible. "Yesterday, all my troubles seemed so far away...".
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