Foto Agencia Enfoque
Todo comenzó en 1982: "Los que imagina", un grupo de poetas, narradores, músicos y locos declaró en diciembre de ese año que la Avenida 3 Oriente, entre las calles 4 y la 6 Sur, se llamaría Plaza John Lennon, quien había sido asesinado dos años antes de cinco tiros frente al edificio donde vivía.
Aquella fue una noche memorable: los organizadores repartieron volantes donde fijaban su posición y llamaban a reivindicar la imaginación de lo imposible para hacerlo posible, y uno de ellos, en una placa oficial, rotuló el nuevo nombre: "Plaza John Lennon".
Esa noche transcurrió entre música, poemas, tragos e imaginación. La placa fue instalada en vivas y gritos de júbilo.
Poco les duró el gusto de ver la placa azul en el lugar. Las autoridades, universitarias y del Ayuntamiento la mandaron quitar. Las últimas argumentaron que sólo el cabildo está autorizado a cambiar de nombre a las calles. Pero la gente, desde entonces, llama Plaza John Lennon al lugar, no importa que no hubiera placa oficial ni acuerdo del cabildo.
En el año 2006, Raúl Núñez, un roquero ahora cincuentón, con pronunciada calvicie y barba canosa, de vientre rotundo y una colección de discos envidiable, logró que el Ayuntamiento aprobara la instalación de un pedestal con una placa para llamar, oficialmente y desde el 8 de diciembre del año 2006, Plaza John Lennon al lugar.
En abril pasado, una mañana la placa ya no estaba ahí. Quizá el ladrón o los ladrones que redujeron la cabeza de Colosio y han dado cuenta de otras placas en la ciudad, se llevaron la de Lennon para venderla por kilo.
Lupita, una estudiante de psicología de la UAP, desde entonces se dedicó a poner, cada día, una hoja de papel con leyendas varias entre las que destacó: "John Lennon vive".
Ella es delgada, joven, entusiasta, y seguramente no había nacido cuando John ya había sido asesinado, lo cual no le impidió llegar ayer, miércoles 8 de diciembre, a conmemorar los 30 años del asesinato del fundador de Los Beatles y creador de la canción "Imagina": "Imagina que no hay posesiones (es fácil, si lo intentas), que no hay religión, que no hay un cielo sobre nosotros, que vivimos para hoy…"
Lupita llegó con otras mujeres, dos de ellas con guitarras valencianas a las siete de la noche con dos minutos, pues a las siete estaba anunciada la reinauguración de la plaza, con la develación de la nueva placa.
A las siete y diez no era más de quince los que esperaban ver la nueva placa de homenaje a John Lennon; para las siete con 28 minutos, ya eran casi cien. Diez minutos antes de las ocho, cuando oficialmente fue develada la placa, ya eran casi ciento cincuenta asistentes.
El pedestal con la nueva placa para John Lennon esperaba, en el frío otoñal que casi alcanzaba los cuatro grados en la calle, cubierta con una manta hecha como el saco que utilizó Lennon para las fotografías del disco El Sargento Pimienta. Abajo, frente a ella, un tapete reproducía el mosaico que está en el Parque Central de Nueva York y dice "Imagine".
El Instituto Municipal de Arte y Cultura copatrocinó el acto, pero sólo llegó Jaime Rodríguez de la parte institucional para la inauguración: ni Pedro Ocejo ni Blanca Alcalá, ni el rector Agüera, quienes sí estuvieron para declarar al sitio "La senda del saber" hace sólo unas semanas, llegaron.
Un proyector (después de que los organizadores consiguieran un enchufe en el Colegio de Psicología), lanzó la imagen de un John Lennon treintañero contra el muro sur del Carolino. Las jóvenes que habían llegado cantando "Ayuda, necesito a alguien, auxilio, sabes que necesito a alguien: ¡Ayuda…!", fueron superadas por el altavoz que lanzó la potente base del bajo y de la batería de la canción: "Poder para la gente", con un video donde se ve al Lennon activista político por las calles de Londres.
Para entonces, un par de mujeres encendió veladoras en honor al músico asesinado y se repartieron hojas con la letra de "Imagine" y "Give peace a chance" para que los cantara la concurrencia después de la inauguración formal.
Jaime Rodríguez y Raúl Núñez invitaron a Lupita a develar la placa. Hubo gritos, aplausos, húrras, besos y abrazos.
El viento era un aire de navajas congeladas. John Lennon decía desde la pared del Carolino, en un viejo video setentero: "Dame un poco de verdad… Estoy harto de políticos neuróticos… Sólo dame algo de verdad, todo lo que quiero es un poco de verdad…"
Y sus fans se la dieron, pidiendo a gritos, un poco desafinados: "Den una oportunidad a la paz". Así concluyó la noche en que se declaró: "No estaba muerto: habían robado su placa".
NOTICIA EXTRAIDA DE:
http://www.e-consulta.com/index.php?option=com_content&task=view&id=63804&Itemid=282
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