10 diciembre, 2010

Los tres nombres del mito beatle: Julia, Paul y Yoko

Hace ya treinta años, Dakota Building, Nueva York, cuatro balas, un perturbado obseso que buscó notoriedad, 'El guardián del centeno', 
 
John Lennon desangrándose y Yoko Ono pidiendo ayuda. La Policía y una ambulancia con médico llegan, y cuando es identificado balbucea: «Soy John Lennon, de los Beatles». 
 
En pocos minutos, a las 22.40 horas del 8 de Diciembre de 1980 fallecería en el hospital Roosevelt de Manhattan. Todo lo que ocurrió después es ya historia. 
 
Pero, ¿qué es lo que tres décadas después de su asesinato todavía conmueve al mundo la figura de Lennon? Más que analizar sus logros como músico, primero con los Beatles, y en su corta etapa en solitario (estuvo cinco años retirado de toda actividad pública) habría que analizar al ser humano.
 
Tal vez, lo que se sigue venerando es al mito de carne y hueso, a un hombre lleno de contradicciones, a un rebelde, a una personalidad insegura, y a un artista honesto. ¿Quién no creía en Lennon? 
 
Para comprender la leyenda de John Lennon, una de las personalidades más influyentes del siglo XX, hay que profundizar en su infancia: Fue infeliz y esa inestabilidad le acompañaría durante su vida de adulto hasta los 70. Su madre Julia Stanley se casó con Alfred Lennon en 1938 y dio a luz a John en 1940. 
 
Al romperse el matrimonio, dos años más tarde, John fue adoptado por la hermana de Julia, Mimi y su marido George Smith. Mientras tanto, Julia se unió a John Dykins, con el que tuvo dos hijos ilegítimos. A los seis años, John presenció una acalorada discusión amorosa entre sus padres, a lo que reaccionó corriendo detrás de Julia por la calle y sollozando «No me dejes, mamá». Pero un tiempo después, John y su madre estrecharon sus lazos. 
 
De espíritu libre, Julia era una alegre amante de la vida que alentaba positivamente al rebelde que había en John. Solía ponerse de su lado y del de sus amigos frente a la censura de los adultos y siguió el progreso de los Quarrymen, la banda fundada por John en el instituto y embrión de los Beatles, con verdadero interés. Para John, Julia era una especie de figura soñada («una tía joven o una hermana mayor»), el único ser humano al que había amado sin reservas. La muerte de su madre por el atropello de un policía borracho en 1958, lo dejó destrozado y durante los años siguientes le consumió una rabia ciega que le llevo a beber salvajemente y meterse continuamente en líos y en peleas. 
 
Que su nuevo amigo, Paul McCartney también hubiera perdido a su madre en la adolescencia, estrechó la relación entre ambos, pese a las diferencias de temperamento, y los Beatles sirvieron a Lennon como excusa para no perder la razón. En cambio sus relaciones con las mujeres, a las que siempre comparaba con Julia, siguieron siendo airadas y a menudo violentas (lo cuenta su primera esposa Cynthia Powell). Paul McCartney en ese periodo se había convertido en más que un amigo: en una especie de hermano. Con 15 años sabía afinar guitarras, ya componía sus canciones y sabía tocar todos sus temas favoritos del rock'n'roll. Todo le fascinó a Lennon. 
 
Torturada devoción
'Julia' (la canción que compuso en el 'Álbum Blanco'), revela la torturada devoción que Lennon tenía por su madre. Se produce una transferencia de amor de Julia a Yoko. La imagen que la acompaña («su pelo de cielo flotante está brillando») se refiere a ambas mujeres: Julia, en su recuerdo infantil, Yoko, en sus pensamientos presentes y futuros. Tampoco sirvió para enterrar su fijación por su madre, como demuestran los exorcismos de 'Mother' y 'My mummy´s dead' de su primer álbum en solitario. En gran medida Julia Lennon fue la musa de su hijo. 
 
John Lennon era infeliz con su primera esposa Cynthia Powell, y tampoco se mostraba muy afectuoso y preocupado por su hijo Julian. Pasaba horas en casa fumando marihuana y viajando con el LSD. John había publicado dos libros de poesía, pero estaba en un limbo. Por contra, Paul era el único soltero del grupo en aquella época y su curiosidad intelectual le llevó a conocer a poetas de vanguardia, música electrónica, pintura contemporánea. Todo estas fuentes creativas las iba a trasladar a los Beatles, y Lennon se apropiaría de ellas, pese a que el concepto de 'Tomorrow never knows', el momento más avant garde de 'Revolver' y la idea global de 'Sgt. Peppers' fueran cien por ciento McCartney. Con la muerte del manager Brian Epstein a finales de 1967, llegó el caos organizativo. Yoko Ono, una artista de vanguardia japonesa, residente en Inglaterra, le ofrece a John riesgo y aventura, lo que no encontraba con Cynthia. Y se consumó el divorcio.
 
Los celos de Paul y Yoko
Paul y Yoko se tenían celos, esa fue la verdad. Paul era un estorbo para Yoko, y Yoko le estaba robando a su amigo del alma. La disolución de los Beatles tiene más aristas: George Harrison quería dejar el grupo porque se sentía poco valorado y Ringo Starr, un hombre de carácter diplomático, había faltado a sesiones de grabación porque ya no aguantaba las broncas de sus compañeros. La pandilla de Liverpool se había hecho mayor, y cada uno había desarrollado un instinto de individualidad. La ruptura fue tan violenta que John acabó metido en la heroina ('Cold turkey') y de ello le echó la culpa a Paul. 
 
«Todo murió en mi mente mucho antes de que la pelea comenzara. Éramos cuatro individuos que finalmente recobramos nuestras individualidades después de estar sumergidos en el mito. Paul y yo éramos los Beatles. Nosotros escribimos las canciones. Yo no escribí mucho material al comienzo, escribí menos que Paul, porque él era muy competente con la guitarra y el piano. Él me enseñó un montón con la guitarra, realmente. Sólo he pedido a dos personas trabajar conmigo como compañeros. Una fue Paul McCartney y la otra Yoko Ono». 
 
Yoko Ono se convertiría en la amante, esposa, y madre de John Lennon. En ella vio un cierto reflejo en Julia. En privado la llamaba 'mother' (madre). Se convirtió a partir de 1969 en su compañera de reivindicaciones pacifistas y performances: 'Give peace a chance' y 'Happy Christmas (War is over)'. En la musa inspiradora de 'Imagine' y en su fiel acompañante en su contestaria vida política en Nueva York, donde se trasladaron a vivir en 1971.
 
Lennon se convirtió en un activista político, que se implicó con la izquierda más radical estadounidense, y que le convirtieron en enemigo público de la Administración Nixon, que no cejaría en espiarlo y hacerle la vida imposible (con órdenes de deportación a Inglaterra) hasta que estalló el 'Watergate'. John Lennon abandonó este periodo político para meterse en una espiral de 'life in rock', separado temporalmente de Yoko Ono. Durante un año y medio en el llamado 'The lost weekend', John viviría una vida alocada, con una vuelta a las drogas y al alcohol. Es en Los Ángeles en 1974 donde se encuentra con Paul McCartney. Yoko Ono le había pedido ayuda: «Tú eres el único que le puedes sacar de esta situación caótica. Él te quiere». Años después, John Lennon todavía se preguntaba «¿Por qué hizo Paul esto por mí? 
 
Tras el nacimiento de Sean, el segundo hijo de John Lennon y primero con Yoko, el ex beatle se toma un lustro sabático y se dedica al cuidado de su hijo y a las labores domésticas en el apartamento del edificio Dakota, mientras que Yoko se encargaba de los negocios. Paul solía acudir a visitarlo. Las relaciones se habían estabilizado. Cuando decidió volver a los estudios de grabación, con la idea de hacer una gran gira mundial, en 1980, grabó los temas de 'Double Fantasy'. Acababa de cumplir los 40 años cuando cinco disparos a quemarropa de un tal Chapman terminaban con su vida. Esta muerte prematura le llegaba en un momento en el que afrontaba su mejor momento personal. El mito, que ya lo era, entraba en un olimpo sobrenatural.
Los tres nombres del mito beatle: Julia, Paul y Yoko 
John Lennon tendría 70 años de estar vivo 
 
NOTICIA EXTRAIDA DE:
http://www.eldiariomontanes.es/v/20101210/cultura/sotileza/tres-nombres-mito-beatle-20101210.html

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